El
diagnóstico contará primero con la realización de preguntas sobre las
pautas de alimentación, la frecuencia de los vómitos, cuando se producen
o incluso el aspecto de los mismos.
Se
realizará una exploración física en la cual el médico palpará el
abdomen del bebé, a veces se detecta un nódulo del tamaño de una
aceituna, lo que indica que el musculo pilórico está inflamado. Las
pruebas diagnósticas que se realizarán son:
- Ecografía abdominal
- Radiografías con bario cuando los resultados de la primera prueba no son claros.
- Análisis de sangre para detectar un desequilibrio de electrolitos
TRATAMIENTO
La
única solución para esta patología es pasar por quirófano. Normalmente
se programa el mismo día que se diagnostica, a no ser que se observen
signos de deshidratación, en cuyo caso se administrará sueroterapia
durante 24 horas antes de la intervención quirúrgica.
La cirugía a realizar se llama piloromiotomía,
en la cuál se corta la capa externa de los músculos engrosados, lo que
permite que la capa interna se relaje y se expanda. Esta operación se
puede realizar por laparoscopia
Lo
normal es que en unas 12 a 24 horas después de la intervención se pueda
volver a alimentar al bebé con normalidad, los vómitos pueden seguir
apareciendo durante un par de días después de la intervención.
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